En estos tiempos de mínimo interés por el sinnúmero de convocatorias profesoristas de actos culturales a las ocho de la tarde, en los que sólo luce la presencia de los organizadores y algún amiguete del convocante, este acto de Rosalía despertó notoria expectación. El oportuno aviso, resaltando su importancia,  de Rafael Fraguas, publicado en la edición digital (Cultura y Local) de El País, contribuyó lo suyo, al valorar –a bote pronto, con la premura de gran periodista, pero con fundamento- las novedades que entrañaba. El resultado fue contundente.

Desde mucho antes de su comienzo, empezó a quedar patente que el éxito de la convocatoria estaba asegurado. La sala principal se fue llenando al máximo de aforo, y hubo que disponer sillas supletorias. No fue bastante. Al estar dotada la Casa de los medios técnicos apropiados, se habilitó con suma rapidez una segunda sala. A la hora del comienzo, 20,00,  las dos estaban a rebosar. Incluso había espectadores de pie, dispuestos a seguir el estreno en una tercera sala: la de recepción.  No diremos nada de la calidad de los asistentes, porque todos fueron (para nosotros) como un regalo imposible de agradecer; pero sí que podemos estar orgullosos de la cualificación de aquellos a los que hemos podido identificar y saludar.

El modelo adoptado por el Taller en esta clase de sesiones, con breves intervenciones y pase del documental básico, fue muy elogiado por la dirección de la Casa de Galicia y muy agradecido por la concurrencia. La audiencia, repartida como estaba, impidió que a la emisión sucediera el coloquio, a ras de sala, acostumbrado. José Antonio Durán, que sería el encargado de animarlo, ha puesto a disposición de la Casa de Galicia sus conexiones electrónicas y telefónicas para celebrarlo por otros medios, caso de este poderoso y prestigioso de LA CUEVA DE ZARATUSTRA, que ya había jugado a favor del éxito de la convocatoria sus cartas habituales. Nuestros lectores, miembros y amigos, saben por qué.

La novedad en los tratamientos precedentes que se pueden leer en nuestro blog a propósito de Rosalía, ya habían creado con anterioridad creciente expectación, patente en los distintos estrenos que se sucedieron en Galicia (Museo de Pontevedra, Facultad de Historia de la Universidad de Santiago, sesiones de la TVG en sus dos canales); pero en Madrid (y en Galicia), llamó particularmente la atención la última Novedad, servida como Invitación, a todos nuestros lectores por la propia Cueva: Rosalía de Castro en Madrid. En razón de ese éxito, mantendremos la novedosa información que hemos difundido a propósito de la primera estancia de Rosalía de Castro en Madrid (mayo, 1856/ Navidades de 1858), complementándola al final con una escueta cronología de ese primer viaje, tan fecundo como desconocido, de “la poetisa Castro” a la capital de España. Max Estrella.

Rosalía de Castro en Madrid

Por José Antonio Durán